
Cómo saber si tengo que instalar una claraboya bivalva o monovalva
Muchas veces nos encontramos con dudas para decidir si deberíamos instalar una claraboya bivalva o una monovalva. ¿Quieres saber cuál elegir?
En este artículo veremos las diferencias entre ambas para poder decidir cuál es la mejor opción.
Las claraboyas de metacrilato están compuestas por un zócalo de poliéster aislado con poliuretano en su interior y por una cúpula parabólica de metacrilato. Esta última es el punto donde entra la luz de la que después disfrutamos en el interior de la estancia.
En caso de que la claraboya tenga un mecanismo de apertura para ventilación o acceso a cubierta, a esos dos componentes hay que añadirles un marco de aluminio. Éste marco se coloca entre el zócalo y la cúpula, lo que permite darle al conjunto la apertura deseada sin comprometer la estabilidad y estanqueidad de la claraboya.

¿Claraboya bivalva o monovalva?
La cúpula exterior o tragaluz puede tener una o varias pieles de metacrilato, en función de la elección del cliente por las circunstancias del lugar donde vaya a ser instalada.
No tomar correctamente esta elección puede llevar a problemas de creación de goteo de agua por condensación en el interior de la estancia.
Aunque el diseño de la unión entre marco y cúpula de nuestra claraboya ya tiene previstos puntos de ventilación para minimizar en gran parte esa posible condensación, hay situaciones en que la alta diferencia de temperatura entre interior y exterior hace recomendable el uso de más de una piel de metacrilato en la cupula de la claraboya.
Claraboya monovalba
La opción monovalva o lo que es lo mismo, con una sola piel de metacrilato, es la opción de cúpula simple. Es perfectamente válida para su uso en proyectos donde la estancia esté suficientemente ventilada para evitar diferencias de temperatura importantes que puedan crear esas posibles condensaciones. Ejemplos de esto serían: naves industriales que trabajen con las puertas abiertas habitualmente, pergolas de terrazas, almacenes y otras aplicaciones similares.
Claraboya bivalva
La opción bivalva o con dos pieles de metacrilato, se compone de una cúpula interior con la valva menos pronunciada que siempre es transparente y una cúpula exterior de tamaño normal. Eso permite crear entre ellas una cámara de aire que mejora el comportamiento térmico o valor K de la claraboya y además minimiza los posibles problemas de condensaciones en el futuro. Esta opción es la más usada cuando la estancia está climatizada y hay diferencia o choque térmico entre el interior y exterior de una estancia. Ejemplos de estos serían: en cerramientos de terrazas calefactados, supermercados, centros comerciales, viviendas, oficinas, etc.

Existe la opción de fabricar claraboyas trivalvas o con tres pieles de metacrilato, pero en estos casos el objetivo de estas instalaciones suele ser conseguir un mejor valor térmico o valor K marcado por la dirección de obra. Para evitar posibles condensaciones en la mayoría de los casos ya es suficiente con la opción bivalva o con dos pieles de metacrilato.
EN CASO DE ERROR, ¿PUEDO CONVERTIR MÁS ADELANTE MI CLARABOYA MONOVALVA EN UNA BIVALVA?
Es posible convertir una cúpula de claraboya monovalva en una bivalva pero hay una serie de factores a tener en cuenta que son importantes:
- Es muy recomendable pedir la cúpula extra al mismo fabricante al que se pidió la claraboya. Entre los diferentes fabricantes, hay pequeñas diferencias que hacen que normalmente no encajen o cueste encajar las cúpulas de un fabricante con las de otro. Se puede mirar de encajar pero ya requiere de la colaboración de un buen instalador que después pueda asegurar la estanqueidad del conjunto.
- En caso de pedir la cúpula al mismo fabricante es recomendable hacer constar el número de pedido inicial. De esta manera se puede comprobar la trazabilidad de la producción y fabricar la cúpula extra para ese pedido.
- La cúpula extra hay que pedirla sin agujeros, para poder aprovechar los agujeros existentes en la cúpula principal superior. Nuestra política siempre es la de enviar las cúpulas ya perforadas desde fábrica para facilitar el trabajo de instalación al cliente y evitar todo lo posible posteriores manipulaciones en obra que puedan dañar el producto. Aunque en este caso es necesario enviarlas sin perforar siempre asesorando al cliente de hacer los agujeros con precaución y la suficiente holgura. Esto sirve para que el tornillo pueda dilatar y evitar posibles roturas de la cúpula por tensión en ese punto.